Cuando se corta el oxígeno de un bebé, el término médico utilizado es “angustia fetal”. Se ha definido como, “Un bebé que está comprometido durante el trabajo de parto o durante el parto. Esto suele determinarse mediante la evaluación de la frecuencia cardíaca fetal durante el trabajo de parto con algún tipo de monitorización fetal”. Cuando el personal médico responde adecuadamente, la angustia fetal es una afección tratable. Cuando el personal médico no responde a la angustia fetal y se producen daños, es posible presentar una demanda por negligencia médica.
Qué desencadena la angustia fetal
Hay muchos factores que pueden causar angustia fetal, como la compresión del cordón umbilical, la infección fetal, la enfermedad materna, la abrupción placentaria o si la madre está en una posición que ejerce presión sobre grandes vasos sanguíneos. Los signos de que un bebé está en angustia incluyen cambiar su patrón de movimiento, niveles altos de lactato en la sangre del bebé, una frecuencia cardíaca decreciente y pasar su primer estiércol mientras aún está en el útero (llamado meconio). A menudo, la madre puede ser la que experimenta síntomas extraños que pueden indicar angustia fetal: sangrado vaginal, calambres, presión arterial alta, aumento de peso, diabetes gestacional y rotura prematura de membranas.
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La angustia fetal puede ser desencadenada por la disociación de los hombros, la posición fetal anormal, la rotura uterina, la abrupción placentaria, el cordón nucal (cuando el cordón umbilical se enrosca alrededor del cuello del feto) y la prolapso del cordón umbilical (cuando el cordón precede al bebé).
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